Construir luz desde la oscuridad. Valerio Tiberi y el diseño de iluminación en teatro y moda

Entrevistamos a Valerio Tiberi y hablamos sobre creatividad y técnica en la iluminación de espectáculos.

 

El teatro (…) es el único lugar donde puedes redescubrir la oscuridad.

 

Valerio Tiberi es uno de los diseñadores de iluminación más solicitados del panorama escénico europeo. Su espectro profesional abarca desde producciones de ópera en teatros emblemáticos como la Ópera Bastille de París y el Teatro alla Scala de Milán, hasta musicales internacionales como El Fantasma de la Ópera, Cabaret o West Side Story; ballet (A Thousand Tales, Alice in Wonderland, etc.) y desfiles de alta costura para marcas como Valentino y Dolce&Gabbana. Ha sido galardonado con numerosos premios, como el Oscar Italiano Musical y Mejor Diseño de Iluminación.

Su trabajo ha logrado un equilibrio natural entre la precisión técnica y la sensibilidad estética —que no es tarea fácil—. En esta entrevista, nos habla de su proceso creativo, sus reflexiones y los retos de iluminar mundos tan distintos como un escenario de teatro y una pasarela de moda.

El reto de iluminar un clásico

Tiberi recuerda que su relación con LETSGO se remonta por lo menos a 2016, cuando produjeron Dirty Dancing por primera vez en España:

Vine con Federico Bellone, éramos el equipo creativo original. Desde entonces hemos hecho muchas producciones [de la mano de LETSGO], pero sin duda la más exitosa es El Fantasma de la Ópera.

Formar parte de la primera producción en español de uno de los musicales más exitosos de la historia fue un reto en todos los sentidos. El diseñador italiano revive el montaje de El Fantasma en el Teatro Albéniz como «un proyecto muy difícil». En situaciones así, entran en juego los entresijos del diseño de iluminación, cuando la práctica obliga a repensar la teoría:

El mayor reto fue encontrar el espacio físico para colocar la luz. Todos podemos tener ideas increíbles, pero mi trabajo es traducirlas a la realidad.

Foto: LETSGO. Producción: El Fantasma de la Ópera. Iluminación: Valerio Tiberi.

 

Era una de esas veces en que el arte debe tocar tierra: ajustarse a presupuestos, planos técnicos, tiempos y limitaciones espaciales. Encontrar el sitio perfecto para la luz y, desde ahí, proyectar.

Utilizamos fuentes de luz muy potentes que pudieran hacer varias funciones: luz especial, difusión, efectos. Trabajamos mucho con light tilting para dar profundidad y también usamos humo, fuego… el fuego también es luz, claro.

La grandeza del artista muchas veces radica también en su versatilidad. Cabaret será otro tema, pero —cómo no— Tiberi acepta el desafío.

En Cabaret el enfoque es totalmente distinto. Es una producción inmersiva y, aunque seguimos en proceso creativo, el reto vuelve a ser el mismo: encontrar sitio para colocar la luz. Solo que esta vez la luz está expuesta. En El Fantasma estaba oculta, los espectadores no la veían. En Cabaret, la luz forma parte de la escenografía. Todo el mundo la verá.

 

Pensar como espectador

Diseñar la iluminación de un musical no es solo una cuestión técnica. ¿Cómo pensar el espectáculo cuando se es creativo, pero no se puede perder de vista la precisión quirúrgica que necesita la luz? Por suerte, los entornos artísticos son a menudo terreno fértil para el cuestionamiento y el cambio.

Valerio Tiberi tiene claro que lo principal es pensar como el espectador. Al final, siempre volvemos a las emociones y, en este sentido, nos encontramos con situaciones puramente humanas:

No hay una regla única. Me adapto a cada situación. Por ejemplo, con Cabaret empecé desde las herramientas: sabía que necesitaba luces dinámicas, de efecto. En El Fantasma de la Ópera fue al revés: el punto de partida fue el storytelling.

Pero en ambos casos, lo que intento es mantener un enfoque artístico desde el principio. Me gusta pensar como espectador. El espectador no sabe si fue fácil o difícil conseguir un efecto; solo sabe si le emociona o no. Por eso trato de entender cómo reacciona la mente humana a la luz, al color, al estímulo. Y esto cambia según el tipo de espectáculo, de ciudad, de sociedad. No es solo diseño: es psicología.

Gobos personalizados utilizados en El Fantasma de la Ópera. Material cedido por Valerio Tiberi.

 

Redescubrir la oscuridad

Al diseñador le fascina una cuestión que es profundamente contemporánea: en un mundo donde estamos cegados por la luz (ordenadores, móviles…), hemos dejado de estar disponibles para la oscuridad.  Vivimos sobreexpuestos —inconscientemente muchas veces— a pantallas, a estímulos constantes y a ambientes muy brillantes.

El teatro, como algunas exposiciones, es el único lugar donde puedes redescubrir la oscuridad. Por eso siempre empiezo desde lo oscuro. Y desde ahí construyo capas. Primero trabajo la oscuridad, entonces la cantidad de luz: el blanco. Luego, si hace falta, los colores. El contraste es esencial. No hablo solo de estética, hablo de crear una experiencia íntima que el espectador no encuentra en su vida cotidiana.

«Redescubrir la oscuridad (…), una experiencia íntima». Hacer el ejercicio de activar la mente y entender la importancia de la privacidad y los ambientes reflexivos —casi siempre vinculados a la soledad y a la penumbra— se ha vuelto un acto titánico. En este sentido, concebir el teatro como un espacio que rescata las relaciones y pensamientos más primigenios no es una mirada nostálgica: es, incluso, una nueva forma de acercamiento, nacida de la propia sociedad moderna.

 

¿Puede la IA entender el teatro?

Otro rasgo de nuestra actualidad son, sin dudas, las nuevas tecnologías y la relación que entablamos con ellas. Tiberi admite que la inteligencia artificial le ha ayudado en su día a día a acortar tiempos y a comparar ideas:

Es como una secretaria: le doy imágenes, ideas, y le pido probar atmósferas. Pero claro, la IA no está lista para saber dónde colocar físicamente una luz en el teatro, o qué tipo usar, ni cuándo. Sirve para optimizar, para abrir la mente, pero no para resolver lo esencial. La utilizo sobre todo para la dramaturgia. Me hago mapas mentales de la obra, y ahí sí es útil. Pero tienes que tener tiempo. Si estás trabajando, trabajas. Aun así, creo que hay muchas profesiones que podrían beneficiarse de la IA si se usa con inteligencia.

A pesar de que cada vez más voces debaten si la creatividad humana puede o no ser reemplazada por algoritmos, el diseñador nos demuestra que hay situaciones en que las tecnologías no son suficiente y no sustituyen el racionamiento humano o las decisiones que se toman a pie de escenario. Al preguntarle sobre alguna experiencia especialmente compleja en la que la iluminación haya sido clave para resolver un reto dramatúrgico, nos cuenta:

En Houdini, en Italia, una de las últimas escenas fue muy difícil de resolver. Hablamos durante semanas sobre cómo plantearla… y al final, en el teatro, hice algo muy sencillo y funcionó. A veces le damos muchas vueltas a algo y la solución está en lo más simple.

Producción (Italia): Houdini. Iluminación: Valerio Tiberi.

 

Ser diseñador hoy: la importancia de la experiencia activa

En un contexto donde el instinto y la experiencia activa marcan la diferencia, Tiberi tiene claro cuál sería su consejo a un joven diseñador que se plantea el camino de la iluminación teatral:

Hoy en día, con toda la tecnología, es muy fácil alcanzar un nivel medio. Pero ser top level es más difícil que nunca. La clave está en la experiencia real. Tienes que estar en el escenario, vivir el espacio, ensayar, probar. Quedarte ahí, por lo menos, trescientos días al año. Y viajar. Ver espectáculos, museos, exposiciones. No solo los modernos, también los clásicos. Ir al Louvre, al MoMA… Empezar por lo tangible. No quedarse en un solo país, ni en un solo estilo.

Sobre su experiencia como profesor de la Accademia Teatro alla Scala y lo que intenta trasmitir a sus alumnos, añade:

No quiero ser un profesor tradicional. Quiero hablar desde mi experiencia: lo que ha funcionado y lo que no. Intento involucrar a los alumnos directamente en el teatro. Porque ahí es donde realmente se aprende.

Paleta de colores seleccionada para el diseño de iluminación (izq.) y magic sheet del diseñador (dcha.), ambos utilizados en El Fantasma de la Ópera. Material cedido por Valerio Tiberi.

 

Moda vs. Teatro: dos mundos, dos tiempos

Como ya adelantamos, la trayectoria de Tiberi no se limita al teatro o al aula. También ha trabajado en desfiles de moda, donde la atmósfera y la historia —si la hay— son secundarias. Pero, ¿dónde radica la diferencia entre el escenario y la pasarela?:

La gran diferencia está en los tiempos: [en moda] la preproducción es larguísima, pero el montaje se hace en apenas dos o tres días. Y el show, como mucho, dura veinte minutos. En ese tiempo tienes que ejecutar siete u ocho cues: una intro, la entrada de los modelos, la pasarela, el final y la salida. Pueden parecer pocos, pero detrás hay un trabajo enorme de concepto y coordinación. Cambios de idea de última hora, decisiones contradictorias… incluso el día antes. Por encima de todo está el vestuario. Hay que iluminar las prendas con luz natural, sin modificar los colores, sin sombras o con las mínimas posibles. Tiene que ser una imagen limpia, nítida. Por supuesto, se trabaja la atmósfera, pero al final, lo esencial es que se vea bien la ropa. Esto va de mostrar y vender. Además, el objetivo es completamente distinto al teatral. En un desfile, lo más importante es lo que se publica en Instagram. La iluminación tiene que estar pensada para smartphones, no para los ojos del público. También hay que considerar el live streaming, porque todas las grandes marcas lo hacen.

 

El impacto emocional de la luz

Una profesión que se debate entre la creatividad y los tecnicismos, pero que sin duda requiere de una mirada desde la sensibilidad y centrada siempre en el espectador. Digamos que, en este sentido, el teatro se alza como experto por excelencia en generar los sentimientos más profundos.

Foto: LETSGO. Producción: Natura Encesa Barcelona. Iluminación: Valerio Tiberi.

 

En teatro musical, el show está completo después de algunos previews, que es donde pules los detalles. Lo más emocionante es cuando llega la premiere, ahí puedes solo ver el espectáculo, relajarte y disfrutar. En la noche del estreno, dejas el show en manos de los demás y solo disfrutas.

La premiere es el primer atisbo de la emoción y el impacto que un trabajo puede tener en la percepción del espectador, pero también del equipo que ha estado detrás de la producción. En septiembre de 2024, Valerio Tiberi volvió a Madrid después de casi un año, por cuestiones ajenas a El Fantasma de la Ópera. Sin embargo, decidió ir al Albéniz y volver a ver el espectáculo:

Estuve llorando todo el tiempo. Después de un año… me hizo llorar. Cuando esto ocurre es bueno.

 

Por La Pluma de LETSGO, Claudia Pérez Carbonell, a 15 de julio de 2025 

 

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Blog dirigido por Ana Maria Voicu, Directora Creativa de LETSGO